Lactancia cómo congelar la leche materna correctamente
Lactancia cómo congelar la leche materna correctamente
Ya pasó el tiempo de licencia otorgado por el embarazo y es momento de reincorporarte a tus labores, ahora tienes muchas dudas de como poder compatibilizar la lactancia y el regreso a la oficina. Afortunadamente, existen soluciones. Si optaste por seguir dándole el pecho a tu bebé, el trabajo o cualquier otra circunstancia que te separe de el, no tiene porque ser un impedimento en la decisión que tomaste.

Gracias a la congelación, tu bebé podrá seguir disfrutando de los beneficios que la leche materna le brinda,
Por un lado, hay quienes recomiendan alimentar al bebé con leche materna el mayor tiempo posible, pero por otro la ley se pone en tu contra y te obliga a retomar la jornada laboral tras las 16 semanas de licencia después de dar a luz.
Una muy buena salida puede ser extraer la leche y luego congelarla. De este modo, puedes asegurar a tu recién nacido la mejor alimentación, aunque no estés a su lado. Te lo contamos paso a paso:
¿Qué necesito?
- Un extractor de leche, manual o eléctrico
- Recipientes de conservación con cierre hermético (tarritos, bolsas, biberones…)
¿Cómo me extraigo la leche?
Antes de empezar debes tomar unas medidas higiénicas mínimas: lávate bien las manos y asegúrate de que el material esté limpio y esterilizado. Elige un lugar cómodo con objetos que te recuerden al bebé, para que se produzca oxitocina, la hormona que estimula la eyección de la leche. Es aconsejable, antes de comenzar con la extracción, realizar un masaje suave en el pecho con movimientos en dirección a la areola. Una vez que estés preparada ya puedes comenzar…
Para extraerte la leche puedes elegir entre hacerlo a mano o con un extractor de leche. En el mercado hay distintos tipos de sacaleches disponibles que se clasifican según sean eléctricos o manuales. Elige el que mejor se adapte a tus necesidades. El sistema de estos aparatos imita la succión del bebé, creando una aspiración cíclica que estimula la salida de leche.
Las más experimentadas pueden intentar extraerse la leche a mano. Aunque requiere tiempo de entrenamiento y algo de habilidad para hacerlo bien, por lo no se recomienda recurrir a este método regularmente sino sólo de vez en cuando, por ejemplo en caso de tener los pechos doloridos o congestionados. Esta técnica se basa en la presión y los masajes de la glándula mamaria y los conductos galactóforos. Para ello, en primer lugar, asegúrate de tener cerca un recipiente de boca ancha y de lavarte las manos antes de comenzar. Coloca las yemas de los dedos formando un círculo alrededor de la areola, a unos 3 cm del pezón (si te resulta más sencillo puedes hacerlo solo con el pulgar y el índice) y aprieta suavemente con ellos el pecho realizando masajes en dirección al pezón y movimientos circulares. La presión debe hacerse hacia la cavidad torácica siempre sin oprimir el pezón. No dudes en pedir consejo a tu matrona si fuera necesario.
¿Qué cantidad de leche debo extraer?
Hasta que adquieras destreza, es muy probable que al principio obtengas muy poca leche. Pero a medida que practiques y pase el tiempo te saldrá mejor.
Algunas mujeres pueden llenar un biberón con una sola extracción, mientras que otras pueden necesitar más. Como tampoco es sencillo saber cuánta leche necesitará el bebé, se debe almacenar en recipientes pequeños e ir probando cada vez hasta tener una idea de cuánto consume en cada toma. En un principio puede que extraigas más de la necesaria. En este caso el excedente podrá guardase y emplearse posteriormente.
Después de siete a diez días de sesiones de extracción frecuentes (8 veces al día), la producción de leche materna diaria debería ser de 500 a 1.000 ml aproximadamente.
¿Cómo conservarla?
Una vez que la leche haya sido extraída debe ser recogida y guardada en un envase de plástico duro o vidrio, aptos para alimentos, y cerrarse herméticamente. Generalmente los sacaleches incorporan envases idóneos para conservar la leche y todas sus propiedades. Otra opción son las bolsas específicas para este fin, que podrás encontrar en tiendas especializadas en puericultura. También, puedes emplear el propio biberón, esterilizado previamente. Esto es muy útil si quieres ahorrar tiempo. Ahora bien, es conveniente almacenar la leche materna en pequeñas cantidades que faciliten su descongelación.
Después no olvides etiquetar convenientemente cada recipiente con la fecha y la hora de extracción.
¿Cómo congelarla adecuadamente?
La leche, una vez guardada, ha de ser congelada lo antes posible, sólo así se podrán preservar sus propiedades. Almacenada en un envase hermético, y congelada a -18 °C la leche puede conservarse durante 4 meses. Tras ese periodo las necesidades del bebé serán distintas y los nutrientes de la leche no están garantizados.
¿Y descongelarla?
El proceso de descongelación también es muy importante en aras de mantener las cualidades nutricionales. Y existen varias formas de hacerlo:
El método más idóneo consiste en dejar el recipiente con leche descongelándose en la nevera, durante al menos 6 horas. El recipiente debe situarse en la parte baja del refrigerador, a una temperatura de 4° C. Una vez descongelada la leche se conserva 24 horas fresca. Un consejo: Si no sabes la cantidad que va a tomar el bebé, conviene utilizar recipientes distintos para almacenar la leche y alimentarle, a fin de no desperdiciar la leche. Es preferible ofrecerle, al principio, pequeñas cantidades en un biberón e ir rellenándolo si quisiera más. Así se podrán conservar las propiedades de la leche que no haya tomado para otra ocasión.
Si no dispones de mucho tiempo puedes recurrir a descongelar el contenido colocando el envase bajo el chorro de agua caliente o bien calentarlo al baño maría. Teniendo cuidado de que no llegue a hervir o la leche perderá calidad nutricional. Antes de ofrecérsela a tu hijo agita bien el biberón y comprueba la temperatura echándote unas gotitas en la parte interna de la muñeca.
Por el contrario, aunque resulte tentador, nunca emplees el microondas para este propósito, ya que calienta la leche en exceso provocando un efecto nefasto en la composición de la leche, destruyendo algunos nutrientes. Recuerda que no es necesario que esté muy caliente, basta con que esté a temperatura ambiente o a la de tu cuerpo, pues así es como saldría si le dieras el pecho.
Si dispones de él, también puedes utilizar un calientabiberones.
Consumir preferentemente antes de…
La leche materna se mantiene fresca a temperatura ambiente de 6 a 10 horas y refrigerada hasta cinco días. En un congelador (separado de la nevera) a una temperatura constante de -18 ºC durante 4-6 meses. La leche descongelada puede refrigerarse para usarse posteriormente dentro de las 24 horas siguientes, pero nunca volver a congelarse.
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